El poder de la quietud

Como te he comentado en algunas ocasiones,  mi experiencia de  “vivir  el momento presente” y sobre todo,  vivirlo desde la quietud, el silencio y la aceptación de lo que hay… sin resistencias, me está enseñando a ver un mundo de posibilidades y aprendizajes.

Sé, que puede sonar algo extraño y quizás difícil para ti,  te animo a empezar poco a poco y a hacer pequeños descansos en tu día a día, parar el piloto automático y escucharte. Tan solo eso: escucha tu diálogo interno: razón, emoción,  cuerpo, intuición, entorno y espacio único. Observa. Acepta.

Y ¿Por qué nos cuesta tanto hacer esa “pausa”?

Es natural, nadie nos enseñó a “no hacer nada”, ni tampoco nos dijeron cómo experimentar al máximo el momento presente. Pero también, en la sociedad en la que vivimos a muchos les da miedo parar, les da miedo el silencio,  tienen miedo a escucharse a sí mismos, a saber quiénes son realmente…

Hoy quiero compartir contigo un escrito de Marianne Williamson que  leo a menudo  y cada vez que lo releo me siento empoderada. Espero que a ti te suceda lo mismo. Dice así:

“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.

Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?

En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?
Eres hijo del universo.

El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo.
No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.

Nacemos para hacer manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros.
No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.

Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo.
Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás”.

Creo con firmeza en esto. Cuando uno suelta la carga del miedo, ayuda a los demás a soltar y liberarse de los suyos también. Y liberarse no significa dejar de tener miedo (esto es imposible porque ser humano implica sentir miedo hacia lo desconocido) sino dejar de paralizarse por él. Elige hacer lo que más miedo te da y así lo superarás.

Cada vez me encuentro con más personas que me dicen que su problema es que no saben lo que quieren. ¿Te pasa a ti lo mismo?

– ¿Te cuesta tener claridad y decidir lo que realmente quieres?
– ¿Tienes miedo al fracaso y a equivocarte?
– ¿Te dispersas con facilidad y al final no acabas haciendo nada?

Empieza por una de las  claves para clarificar lo que realmente quieres y enfocarte en avanzar. Para y relájate!

El exceso de pensamientos y el caos emocional en el que está sumergida la sociedad de hoy en día, se convierte en una forma de estrés que llega a desbordarnos y dejarnos sin energía.

Te voy a invitar a realizar un ejercicio muy sencillo. Sal a la naturaleza y obsérvala.  Cuando percibes la naturaleza sólo a través de la mente, del pensamiento, no puedes sentir su plenitud de vida, su ser. Sólo ves la forma y no eres consciente de la vida que la anima. Cuando percibas la naturaleza, permite que haya espacios sin pensamiento, sin mente.

Tienes en casa alguna planta ¿La has mirado detenidamente alguna vez? ¿Has permitido que ese ser familiar pero misterioso que llamamos planta te enseñe sus secretos? ¿Te has dado cuenta de lo pacífica que es, de que está rodeada de un campo de quietud? En el momento en que te das cuenta de la quietud y de la paz que emana, esa planta se convierte en tu maestra.

Observa un animal, una flor, un árbol, y mira cómo descansan en el Ser. Cada uno de ellos es él mismo.

Sin embargo, para poder ver esto, tienes que ir más allá del hábito mental de nombrar y etiquetar. En el momento en que miras más allá de las etiquetas mentales, sientes la dimensión inefable de la naturaleza, que no puede ser comprendida por el pensamiento ni percibida por los sentidos. Una armonía que, además de compenetrar la totalidad de la naturaleza, está dentro de ti. Sólo cuando tu mente ruidosa se queda en silencio puedes conectar profundamente con la naturaleza y recuperar la separación creada por el exceso de pensamiento. La quietud que está más allá del pensamiento contiene una dimensión añadida de conocimiento, de conciencia. La naturaleza puede llevarte a la quietud. Ése es su regalo para ti. Cuando percibes la naturaleza y te unes a ella en el campo de quietud, éste se llena de tu conciencia.
A través de ti, la naturaleza toma conciencia de sí misma. Es como si la naturaleza te hubiera estado esperando durante millones de años.

Paloma López Martínez

Life Coach. Coach de Conciencia. Mentora

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