El miedo reside en la amígdala, una zona de la parte inferior del cerebro que tiene forma de almendra. Aquí, dentro del cerebro límbico, residen las emociones (y también Pepito Grillo). Su origen, en términos evolutivos, es mucho más antiguo que el pensamiento racional (que reside en el neocortex).
El miedo es una emoción esencial del ser humano, que favorece su supervivencia para protegerle y empujarle a defenderse ante todo aquello que pueda suponer una amenaza.
La otra respuesta que puede provocar el miedo, biológicamente hablando, es la huida o la parálisis. Así, cuando el ser humano siente una amenaza, en décimas de segundo evalúa la conveniencia de huir, ocultarse o atacar.
Dice la ciencia, el miedo puede obstaculizar las facultades intelectuales y la capacidad de aprender, mientras que en dosis moderadas, el miedo es promotor del aprendizaje.
Entonces, dado que el miedo es un reflejo instintivo, lo lógico sería pensar que sólo deberíamos sentir miedo ante una amenaza real, ¿no es así?
¿Por qué entonces sentimos miedo de cosas que no han ocurrido o que existen sólo en nuestra mente?
Porque las amenazas existentes ya no son letales ni tan directas y por tanto las sustituimos por otras a medida que avanzamos y el mundo se hace más complejo.
Sin embargo, hay cosas que nos parecen una amenaza, aunque en realidad no lo son, y activamos instintivamente la amígdala para ponernos en guardia.
Por tanto, ¿es realmente miedo lo que sentimos? ¿O es inseguridad?. Lo cierto es que el nombre que le demos da exactamente igual, ya que de lo que se trata es de superarlo. Como decía antes, el miedo (o la inseguridad) puede obstaculizar las facultades intelectuales, o puede ser promotor del aprendizaje.
Si escuchamos al miedo sin bloquearnos, puede ser un excelente modo de aviso que nos empuje a buscar soluciones. Por ejemplo, si te da miedo emprender porque crees que no eres capaz de gestionar un negocio con la formación o habilidades que posees, tienes dos opciones:
-
Rendirte o
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Buscar soluciones.
O quizá te sientes inseguro al pensar salir de la rutina, sientes miedo al fracaso, a perder tus ahorros o la seguridad que te da una nómina, a no poder cumplir con los compromisos, al qué dirán… Da lo mismo, todo se reduce a inseguridad en tus capacidades e inseguridad de lo desconocido y te siguen quedando las mismas opciones.
Yo lo he experimentado. Sé cómo te sientes. He estado ahí y desde “el otro lado” te puedo asegurar que si pones todo tu ser en ello, lo logras. Si otros lo han logrado, ¿por qué no ibas a conseguirlo tú?
Aquí he de hacer un paréntesis para diferenciar inseguridad o poca confianza en uno mismo y baja autoestima.
La mayoría de las personas, no hacen distinción entre ellas y me parece de suma importancia, recalcar las diferencias entre una y otra, porque no es cierto que sean lo mismo.
La autoestima es la evaluación perceptiva que cada uno hace de sí mismo. Esa evaluación está formada por percepciones, pensamientos, sentimientos acerca de nosotros mismos y está relacionada directamente con el amor que sentimos hacia nuestra persona.
La confianza, la seguridad en uno mismo o la falta de ellas, son consecuencias de la evaluación anterior, teniendo en cuenta las habilidades que tenemos o de las que carecemos.
Es decir, yo puedo ser una persona que se valora positivamente, tener una alta autoestima, y sin embargo ser insegura para dar una conferencia delante de un montón de personas. Por el contrario, puedo tener una valoración baja de mí misma y sin embargo ser muy segura al volante, siendo cirujana o policía.
La seguridad y confianza en uno mismo son aspectos más relacionados con las capacidades y habilidades, que con el valor que nos damos o el amor que sentimos hacia nosotros mismos.
Asimismo, por lo general, nuestra seguridad y confianza al realizar una tarea será mayor cuanta más experiencia tengamos en dicha tarea.
Siguiendo con el tema del miedo, deducimos entonces que nuestras inseguridades al realizar una nueva actividad, se reducen a falta de confianza porque pensamos que carecemos de ciertas capacidades o habilidades y que esto nos puede llevar directamente al fracaso.
Ahora que ya eres consciente de que en la mayoría de nosotros el miedo no tiene sentido, ya que nuestra supervivencia no está en peligro y que esta emoción, no es sino una película que nos montamos en nuestro cerebro innecesariamente.
Los 7 miedos principales
¿De o a qué tienes miedo? Cómo influye en tu vida el miedo al cambio…
Todos tenemos excusas y miedos a los que, a veces, permitimos jugar un papel importante en nuestra vida.
Los conocidos “Sí, pero…” soy muy joven, muy mayor, no tengo suficiente experiencia, es demasiado tarde, cómo voy a cambiar de idea ahora, no voy a tirar por la borda todos los años de estudio… Puedes encontrar todas las excusas que quieras.
Excusas que te facilitan no tener que abandonar lo conocido, no tener que probar nada nuevo y que suponen un obstáculo a la hora de conseguir tus objetivos y sueños.
Si realmente quieres hacer algo al respecto, es hora de dejar de lamentarse y de ponerse manos a la obra.
Por supuesto es mas fácil decirlo que hacerlo, pero tu desafío está en saber encontrar la oportunidad en estas circunstancias.
Al final, las excusas no son más que miedo y el primer paso a dar es identificar qué es lo que verdaderamente te asusta.
Estos son los miedos más comunes:
A casi nadie le gustan los cambios y muchas personas, prefieren olvidarse de lo que realmente quiere, antes que enfrentarse a cualquier tipo de cambio. Sin embargo, los cambios no tienen por que ser para mal, al contrario, te pueden traer muchas cosas buenas (seguro que te acuerdas de alguna ocasión en la que un cambio fue para bien).
Por otro lado, los seres humanos nos adaptamos a prácticamente todo y es algo a tener siempre en mente, que nos adaptamos a las cosas nuevas y empezamos a considerarlas normales en poco tiempo ( te lo dice alguien que ha cambiado de ciudad, de país, y de carrera).
A veces, es difícil enfrentarse a lo desconocido, con el resultado de que prefieres quedarte como estás, aunque no seas feliz. Es a lo que estás acostumbrado, lo que conoces, lo que puedes manejar y eso es más fácil que atreverse a dar el salto a lo desconocido.
Pero piensa por instante, ¿te va a llevar a algún sitio quedarte ahí sin hacer nada?.
Todos cometemos errores, somos seres humanos. Lo errores nos enseñan muchas cosas y al contrario de lo que piensas, lo malo no es cometer un error, sino lo qué haces para remediarlo (si es que es necesario remediarlo).
Así que no te preocupes tanto por cometer errores, que para casi todo hay solución y que a base de errores se aprende; por no mencionar las cosas que se han descubierto por error (por ejemplo la penicilina).
Mucha personas teme las supuestas consecuencias negativas del éxito, los sacrificios que en teoría te va a conllevar. Te convertirás en alguien egoísta, materialista, esnob?. No tendrás tiempo para tus seres queridos, y mucho menos para ti mismo.
Pero sabes qué, tu tienes mucho más control sobre tu vida del que muchas veces pensamos, todo diría yo. Puedes decidir cuáles son tus prioridades y ponerlas en primer lugar.
Además, el éxito y el dinero no te van a convertir en una mala persona si nunca lo has sido. Una vez oí que el dinero te hace más de lo que ya eres. Así que si eres una buena persona y te gusta ayudar a los demás, tener mas dinero hará que puedas ayudar incluso más, Como dice una amiga mía ”- comprar mejores opciones para ti y los tuyos-”
5.- Miedo a tomar una decisión equivocada.
Para muchas personas tomar decisiones es un castigo. Quieren estar seguros de que sea la decisión correcta, la mejor.
No quieres cometer un error del que te arrepientas toda la vida, ¿verdad?.Pues… te equivocas, no necesitas la decisión perfecta, sino una lo suficientemente buena, que se ajuste a tus valores y necesidades actuales.
Además, la mayor parte de las decisiones (sobre todo las relacionadas con tu carrera profesional) no son de por vida; en la mayoría de los casos, puedes cambiar de opinión. Y como mencioné antes, lo que realmente importa es lo que hagas con las consecuencias de tus decisiones.
¿Y qué pasa si fracasas? Aprenderás la lección y no cometerás los mismos errores la siguiente vez. Hasta los personas con más éxito han fracasado alguna vez.
Así que simplemente ten en cuenta que el fracaso no es malo, es un paso mas hacia el éxito.
7.- Miedo a no estar a la altura.
Te asusta la alta responsabilidad, las expectativas, no ser capaz de hacerlo tan bien como deberías, no triunfar en todo lo que hagas.
Todo el mundo ha tenido miedo en uno u otro momento de su vida y es normal. Lo que es importante es identificar claramente cual es tu principal miedo, para que puedas racionalizarlo y descubrir cómo puedes sentirte mejor. Por ejemplo, si tienes miedo al fracaso tener un plan b te hará sentir más seguro.
Por otro lado, ¿qué es lo peor que puede pasar?
Considera estas preguntas:
¿Qué pasaría si?
Por ejemplo, ¿qué es lo peor que podría pasar si no fueras lo suficientemente bueno para el trabajo?
Me despedirían. ¿Y que pasaría si te despidieran? Me sentiría fatal, pero supongo que encontraría otro trabajo.
¿Y qué? Supongo que no pasaría nada, al final te adaptas y aceptas la situación.
En la mayoría de los casos, ese final tan temido no sería tan malo como esperas y desde luego sobrevivirías.
Si tienes claro qué es lo que quieres conseguir y tienes una estrategia con objetivos realistas, serás capaz de, paso a paso, seguir adelante a pesar del miedo. Ni siquiera tienes que superar los miedos, no tienes que vencerlos; solo tienes que seguir adelante a pesar de ellos.
No dejes que tus excusas y miedo te hagan conformarte con menos de lo que quieres o, peor, con algo que ni siquiera quieres. Tienes derecho a disfrutar de tu trabajo y de todas las áreas de tu vida.
La mejor estrategia que existe frente a los miedos de todo tipo es conocerte, así que conócete para vencer miedos que aún no comprendes, que aparecen cuando menos te lo esperas y que te impiden proseguir en el camino hacia aquello que tanto deseas.
¿Cómo se trabaja el miedo con Coaching? ¿Qué es el coaching emocional?
El coaching emocional se fundamenta en las emociones como guía para la acción.
Toma como fuente de información las emociones, al ser el sistema emocional el que advierte de las necesidades de la persona. La razón es un sistema reflexivo, útil para buscar la forma de satisfacer las necesidades.
El coaching emocional permite plantear metas ajustadas y realistas según nuestras posibilidades, basadas en las verdaderas necesidades transmitidas por nuestras emociones. Enseña a permitir que la emoción nos movilice y la razón nos guíe en la consecución de las metas.
Aquí estoy para ayudarte, no dudes en ponerte en contacto conmigo para cualquier consulta o dudas que tengas. Escríbeme a paloma@motivandomentes.com.
Con cariño,
Paloma López Martínez
Life Coach y Mentora Motivadora de Mentes