Tus palabras guardan magia…
Uno de los grandes descubrimientos de mi vida, fue cuando empecé a practicar “la magia de las palabras”. Está demostrado que nuestras palabras están estrechamente relacionadas con nuestra actitud, y esta a su vez con nuestras creencias.
La pregunta sería, ¿qué fue primero el huevo o la gallina?,
¿es mi actitud la que da lugar a mis palabras o son mis palabras las que condicionan mi actitud?
Sinceramente, creo que la influencia se da en las dos direcciones. La manera en que nos expresamos y cómo nos comunicamos está afectando a nuestra actitud, de igual forma la actitud que tenemos ante algo, origina nuestra manera particular de comunicarnos.
El cuidado en el uso de nuestro lenguaje, es una herramienta poderosísima para condicionar nuestros resultados en la vida, de la misma manera que observar como habla una persona, nos está dando muchas pistas sobre su sistema de creencias, muchas veces asentado a nivel subconsciente.
El uso que hacemos de nuestro lenguaje es una herramienta poderosísima para crear nuestros resultados en la vida. Aquí y ahora, no voy a hablarte del poder de la comunicación, que es algo mucho más amplio.
Saber comunicarse correctamente implica aspectos cómo hacerse entender, entender a otros, comprender mejor lo que sucede, saber influenciar, crear conexión con tu interlocutor, fomentar el respeto, ganarse la confianza de los demás, etc.
Básicamente, el arte de la comunicación implica dominar tres aspectos:
Lo que decimos (palabras)
Cómo lo decimos (tono, etc.) y
Cómo actuamos (expresión corporal y facial)
Hoy, quiero centrarme en lo que decimos, en nuestras palabras, en como hablamos, en definitiva, en el uso que hacemos de nuestro lenguaje.
Lo primero que aprendí es que si quieres algo, has de pedirlo. ¿A que suena de evidente? Pues aunque te parezca extraño, muchas veces sucede todo lo contrario.
Nos dedicamos a quejarnos y a decir lo que no queremos, y es entonces cuando nuestro cerebro se enfoca, precisamente en eso (en lo que no queremos) y abandona cualquier opción de centrarse en lo que realmente deseamos, perdiendo así muchos de los recursos que tenemos y podríamos utilizar para alcanzar nuestros deseos. Así de simple.
Neurológicamente, nuestro cerebro tiene unos mecanismos de funcionamiento muy claros, por ejemplo, no entiende los mensajes en negativo.
¿Qué quiero decirte con esto?
Si te digo que pienses en una galleta de chocolate, inmediatamente tu cerebro acudirá a los archivos donde tiene guardada su representación de lo que es una galleta de chocolate y la visualizarás.
Pero si te digo que no pienses en una puesta de sol, tu cerebro prescinde del no, y busca es su archivo la representación que tú tienes de lo que es una puesta de sol y eso es precisamente lo que visualizarás.
Ha omitido el no completamente.
Se hizo un estudio con niños en un colegio y se vio que sustituir los carteles que indicaban no grites, por otros que decían habla en voz baja, era mucho más efectivo.
Nuestra mente tiene un lenguaje diferente al que usamos con palabras. Nuestro cerebro traduce toda palabra en símbolos e imágenes.
En esta era de auge de las comunicaciones virtuales, la comunicación más importante ocurre en el interior de nuestra mente, porque de ella depende en gran parte el éxito o el fracaso que experimentemos en nuestra vida.
Aprender el lenguaje de nuestra mente es vital, porque es allí donde residen algunos de los poderes que pueden cambiar nuestra vida.
Tu mente siempre necesitará una imagen para asociar a tus pensamientos. Sea lo que sea que tu expreses con palabras, aunque sean absurdas y sin sentido, tu cerebro forma inmediatamente una imagen.
De la misma manera hay palabras que nuestra mente no puede traducir en una imagen. Es el NO. La expresión negativa no tiene una representación en imágenes para el cerebro. Por eso, cuando tu dices “no quiero tal cosa”, lo que tu cerebro ve es “la tal cosa”. Si dices “no quiero deudas”, el no, no tiene representación, tu cerebro sólo ve deudas y que? atraes más deudas.
Cada vez que pronunciamos negaciones, nuestra mente sólo puede traducir en imagen la parte que expresa el pensamiento, pero no su negación. “No quiero deudas”, para tu mente es “Quiero deudas”.
Tal vez te preguntes, ¿cómo que el cerebro no entiende la palabra “no”? Nosotros entendemos el NO, porque la mente no lo entiende? Es fácil, como nuestro cerebro solo piensa en imágenes cuando utilizamos una expresión en la que se encuentra la palabra “no”, lo único que conseguimos es dibujar en la mente aquello que pretendemos negar.
Al traducir el cerebro todo en imágenes, solo se enfoca en la parte positiva de la expresión.
Si deseas haz este simple ejercicio: Imagina un árbol, verde, frondoso. Ahora, no quiero que veas una manzana roja colgando de él. No veas ninguna manzana roja. Haz un esfuerzo no veas una manzana roja en el árbol! ¿Que pasó? Pues, que estoy segura que viste una manzana roja.
Con los niños se aprecia fácilmente este punto, porque tendemos a utilizar con ellos a menudo la palabra NO. “No grites”, no corras!, no toques el enchufe!, no des portazos! etc…
Cuando le dices a un niño “no debes gritar”, su mente solo entiende el “debes gritar”. Eso te explica porque la mayoría de los niños tienden a hacer o repetir lo que les dijimos que no hicieran.
Es que en realidad, su mente solo capta la parte afirmativa de la orden. En lugar de decir “no corras dentro de la casa”, puedes decirle al niño: “quiero que camines despacio cuando estás dentro de la casa”, el cerebro del niño formará rápidamente la imagen de caminar lento.
De manera que en nuestra práctica mental de algo que deseamos realizar, no utilicemos el “NO”, porque lo único que lograremos es justamente lo que queremos evitar. Cuando vas a una entrevista de trabajo o a un examen, en lugar de decir “ojalá no me ponga nervioso”, di “me siento calmado y seguro”.
No permitas que tu diálogo interno se convierta en un obstáculo en tu camino. Cuando fijes metas, deseos, aspiraciones, evita la palabra NO. Procura utilizar los términos y palabras que dibujen las imágenes de los resultados que quieres lograr. Recuerda que atraemos lo que podemos visualizar y el no, no puedes visualizarlo.
Cuando nos expresamos tenemos que poner especial cuidado en hablar en positivo, manifestando lo que realmente queremos y salir de la “actitud de la queja”, si lo que deseamos es que nuestra vida empiece a manifestar unos resultados positivos …. Y tú, ¿Eres consciente de cómo te expresas habitualmente?
¿De cuánto vocabulario dispones para expresar tus sentimientos y emociones?
¿Utilizas palabras cargadas de energía para expresar cuando estás feliz?
¿Te conformas con vocabulario neutro? Ni mucho ni poco….
Que somos seres lingüísticos, no cabe duda. Algunos lo somos más que otros, ¿sabes una cosa? El nivel de tu vocabulario emocional y las palabras que escojas para hablar de cómo te sientes, hará cambiar la intensidad de tus emociones.
Prueba a decirlo. TIENES QUE LEERLAS E IR AUMENTANDO EL ENTUSIASMO!!! ¿VALE?
Me siento bien
Me siento alegre
Me siento Excelente
Me siento GENIAL
Me siento EXULTANTE
¿Has podido notar como tu cuerpo iba cambiando de postura al decir esas palabras?
¿Has sentido como la intensidad de tu voz subía?
¿Te has sentido mejor al llega a la última?
Escoge bien las palabras que usas día a día para definir tu estado de ánimo y verás como agregas valor a tu vida! Agrega PASIÓN a tu vocabulario y la experimentarás.
Agrega a tu vocabulario las formas superlativas de tu emociones positivas y ganarás ENERGÍA. Y sustituye las palabras con las que defines tus emociones negativas por otras de menor connotación….
Notarás la diferencia entre decir…
Hoy he tenido un día pésimo…
A decir…
Hoy no he tenido un día fantástico!.
Dicho sea de paso… espero que lo tuyo no sea tan grave! 😉
Algunas personas, tienen un problema que se denomina Alexitimia, ¿Tienes un vocabulario emocional limitado?a continuación se explica en qué consiste…
ALEXITIMIA, del griego A –que significa ‘carencia de’, y LEXIS, que significa ‘palabra’, y THYMOS, que significa ‘emoción’. Estas personas carecen de palabras para expresar sus sentimientos. En efecto, parecen carecer de sentimientos, aunque esto puede deberse en realidad a su incapacidad para EXPRESAR emociones más que a una ausencia de las mismas.
Más aún, tienen problemas para distinguir entre una emoción y otra, así como entre emoción y sensación física, de modo que pueden decir que tienen mariposas en el estómago, palpitaciones, sudores y mareos… pero no se darían cuenta de que se sienten ansiosos.
No se trata de que los alexitímicos nunca sienten nada, sino de que son incapaces de saber –y especialmente incapaces de expresar en palabras- cuáles son exactamente sus sentimientos. Carecen absolutamente de la habilidad fundamental de la inteligencia emocional, la conciencia de uno mismo, que nos permite saber lo que sentimos mientras las emociones se agitan en nuestro interior.“
Pero al igual que has aprendido vocabulario relacionado con otros temas, el vocabulario emocional, también se aprende!!!
El coaching, tiene un enfoque lingüístico, muy apropiado para mejorar este aspecto de tu vida.
¿Qué no sabes de qué te hablo?
Es muy sencillo. Nuestro cerebro está completamente dominado por nuestro lenguaje. Y nuestro lenguaje por nuestra forma de pensar. Pero… a veces, es difícil cambiar nuestra forma de pensar.
Yo te propongo, empezar al revés. Cambiar primero tu lenguaje. Así, siguiendo unas pequeñas pautas, vas a experimentar un gran cambio en tu vida.
1. Habla siempre en Positivo.
2. Usa palabras de significado positivo, y superlativo!! Por ejemplo:
Estupendo! ,Genial, Súper, Increíble, Fantástico, Fascinante!
3. Sustituye las siguientes palabras:
No puedo cámbiala por Lo voy a intentar Ahora!
No sé hacerlo cámbiala por Esto puedo aprenderlo!
La palabra “problema” cámbiala por Reto o Desafío.
Lo que le digas a tu mente, es lo que ella acepta y entiende. Si tu le dices que te va mal, se enfoca en “ver” todo lo malo que hay en tu vida. En cambio, si tu le dices que te va bien…. podrás disfrutar a pesar de los retos que la vida te presente!!
Todo depende de tu actitud ante la vida, ante los desafíos.
Empieza por cambiar tu vocabulario y cambiarás tu vida!!!
Agregando a tu lenguaje Vocabulario Emocional, para tus sentimientos positivos… podrás descubrir lo qué se siente cuando alguien está exultante!!!
Vamos a empezar con algunas….
¿Qué pasaría si cuando te preguntan, cómo estás, respondieras FANTÁSTICO, en lugar de bien?
Ejercicio para esta semana 😉 ^_~
Haz una lista en una tarjeta, de aquellos adjetivos superlativos que te gustaría incluir en tu vocabulario. Haz la prueba durante una semana, de usarlos cada vez que pienses en como te encuentras, cuando tengas que describir alguna experiencia, cuando tengas que hablar de tus proyectos… ¿Qué puedes perder?
Quizá pierdas un poco de monotonía, un poco de tristeza, un poco de rutina…
Te sugiero algunas palabras para tu semana superlativa:
Fantástico. Genial. Increíble. Especial. Alucinante. Magnífico. Espectacular. Fuera de Serie. De 10. Inmejorable. Fabuloso. Fenomenal. Bárbaro. De película. Fascinante. Apasionante. Sublime. Superior. Elevado.
¿Cómo puede alguien sentirse EXULTANTE, si desconoce esa palabra?
Cuando no usamos la gran cantidad de palabras que sirven para describir una emoción, o un estado de ánimo, o una película, o un acontecimiento…. perdemos mucha calidad en nuestras emociones. Si solo tuviésemos la palabra bien… ¿Cómo crees que te sentirías?
Le película estuvo bien.
Hoy me encuentro bien.
Nuestra relación va bien.
¿No te parece un poco, insulso, sin emoción? Prueba ahora.
La película estuvo genial.
Hoy me encuentro Exultante.
Nuestra relación va estupendamente.
¿Qué tal ahora? ¡A qué suena mucho más motivador y con mucha más energía!
Y si no en algún momento, no te sale una palabra superlativa … prueba con anteponer: INMENSAMENTE
Me sentiría Inmensamente Feliz si este artículo te es de utilidad, te hace tener una mejor semana, un mejor mes, una mejor perspectiva de tus relaciones y si además… comentarás tu opinión 😉!!!
Un abrazo fuerte 💋✴!
Paloma López Martínez
Coach y Mentora Motivadora de Mentes
PD. Gracias Esther por la petición e inspiración 😀